Los oficios manuales también son cosa de mujeres

Cuando nos imaginamos un fontanero, un mecánico o un albañil, lo más común es imaginarnos una figura masculina realizando los diferentes trabajos asociados con cada profesión. Pero ¿por qué? La inclusión de las mujeres en …

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Cuando nos imaginamos un fontanero, un mecánico o un albañil, lo más común es imaginarnos una figura masculina realizando los diferentes trabajos asociados con cada profesión. Pero ¿por qué? La inclusión de las mujeres en el mercado laboral está más que normalizada en este siglo XXI. Ya nadie espera que una mujer se quede en casa cuidando de los hijos si ella prefiere desarrollar su carrera profesional. A nadie se le ocurriría – o eso esperamos – decirle a una niña pequeña que lo mejor que puede hacer es descuidar sus estudios porque su futuro es ser la esposa de alguien más. Entonces, ¿por qué no podrían las mujeres dedicarse a los oficios manuales tradicionalmente reservados a los hombres?

En el siguiente artículo hablaremos de las razones por las que los oficios manuales pueden ser una buena oportunidad para aquellas mujeres que estén intentando abrirse camino en el mundo laboral – o para aquellas que quieran cambiar de carrera, pero no encuentran nada que las llene.

¿Por qué las mujeres también deberían plantearse buscar su sitio en el mundo de los oficios manuales?

Puede haber un nicho de mercado que no esté cubierto (o que se podría cubrir mejor)

Es posible de haya personas u organizaciones que prefieran contratar los servicios de mujeres por diferentes razones. Piensa en una organización que se dedica a ayudar a mujeres que han sufrido maltrato, por ejemplo; en estos casos las mujeres maltratadas suelen preferir el trato con otras mujeres (por lo menos las primeras semanas y sobre todo en los casos más extremos) por lo que tener la posibilidad de llamar a una mujer para que cambie el grifo del baño o arregle la caldera puede ser de gran ayuda.

Por lo general, los grupos más vulnerables (ancianos, niños, etc.) suelen sentirse más seguros en la presencia de una mujer, y esto puede ser una gran oportunidad para las mujeres que se dedican a los oficios manuales, ya que podrían conseguir una buena cartera de clientes fieles.

Los avances tecnológicos lo hacen todo más fácil

Es cierto que ciertas herramientas requieren de fuerza física para usarlas de forma segura y eficaz – esta es una de las razones por las que tradicionalmente los oficios que requerían del uso de herramientas manuales eran ocupados por hombres. Sin embargo, los últimos años han sido testigos de grandes avances tecnológicos en el mundo de las herramientas, lo que facilitan el uso de las mismas para todas las personas, independientemente de su condición o fuerza física.

Un taladro eléctrico actual, por ejemplo, no requiere ni siquiera de la cuarta parte de fuerza bruta que requería un taladro de antaño (estos no eran eléctricos, y por tanto necesitaban de mucha fuerza humana para cumplir su función). De esta forma, las mujeres lo tienen mucho más fácil a la hora de usar herramientas que quizá en el pasado habrían sido más difíciles de manejar – otra razón más para cambiar la narrativa y empezar a usarlas.

Más opciones para las niñas

Otra de las razones por las que se debería empezar a normalizar el acceso de las mujeres a este tipo de oficio es la necesidad de nuevas opciones para las niñas y las adolescentes que se están planteando ahora su futuro laboral.

Aunque cada día se crean empleos más modernos – se estima que el 80% de los puestos de trabajo que habrá en 2030 aún no existen a día de hoy – lo cierto es que los trabajos más ‘antiguos’ siguen siendo muy necesarios, y por lo tanto deberían ser tomados en cuenta a la hora de elegir camino profesional.

Falta personal

Por último, hay una falta de personal preocupante en la mayoría de estas industrias. La falta de relevo generacional – en parte debido al avance de la tecnología digital y en parte por los bajos sueldos que algunos empresarios intentan mantener – hace que cada vez haya menos personas interesadas en capacitarse en las diferentes disciplinas manuales. Sin embargo, aunque la oferta de profesionales sea muy limitada, la demanda no deja de crecer; a un electricista de hoy nunca le falta trabajo, porque cada vez más sistemas funcionan gracias a la electricidad, pero cada vez menos personas saben cómo resolver los problemas que van surgiendo con los sistemas eléctricos. Si las mujeres empezaran a formarse en estos oficios, la falta de personal sería más leve y la oferta y la demanda podrían volver a equilibrarse.

Por último decir que, aunque pueda sonar a cliché, los primeros en llegar suelen ser los que allanan el camino a los que llegarán después. Para que las mujeres de generaciones futuras si quiera se planteen la posibilidad de trabajar en este tipo de oficios – ser fontaneras, electricistas o albañiles, entre otras cosas – es necesario que vean que es posible. La representación es clave para conseguir que las niñas de hoy se conviertan en las trabajadoras del mañana. Y que en el futuro haya más mujeres en esta clase de oficios es importante por diferentes razones que hemos expuesto en este artículo.